Remate

El aceite de oliva, las almazaras, el olivar… forman parte de mi vida. En casa de mis abuelos había un molino de aceite, y a él están asociados mis primeros recuerdos de niña, incluso algunas de mis fotos de la infancia están tomadas en el patio del molino.

El olor de la aceituna recién molida, la piedra del molino, los capachos de esparto para prensar… y la merienda del «hoyo» de pan con aceite y azúcar, son recuerdos que para siempre se han quedado grabados en mi memoria

Los veranos de mi infancia siempre fueron en el campo, rodeados de olivos, allí aprendimos a nadar en una alberca en medio del olivar. Eran unos veranos que siempre recuerdo con la nostalgia de las risas con mis hermanos, los juegos en el agua, el cielo limpio y no contaminado de luz tan lleno de estrellas…y tantas cosas buenas

Desde hace unos años nosotros gestionamos parte del olivar que plantó mi padre con mucha ilusión,  y éste era el aspecto que tenían nuestros olivos este frío día de enero. Ahora es cuando acaban de dar su fruto y se han quedado exhaustos, no tienen el esplendor de la época de floración, ni la belleza de sus ramas dobladas por la carga de aceituna, pero, a pesar de todo, el olivo sigue teniendo toda esta belleza y mil matices de verde

Pero no solo hay belleza o disfrute de un paisaje o un magnífico aceite. Detrás de todo hay mucho trabajo , mucho estudio y mucho esfuerzo.

Quizás uno de los trabajos mas duros es el de los aceituneros, los que recogen la cosecha. Los  que trabajan en nuestro olivar acabaron ayer la recolección

Este domingo hemos tenido la comida del remate. Es una tradición en muchos cortijos de la campiña cordobesa, se trata de la fiesta que se hace cuando termina la recolección. La hacía mi padre, cuando las cuadrillas eran enormes porque toda la recolección era manual, y la seguimos haciendo nosotros, ahora que la cuadrilla es más reducida, proque la mecanización también ha llegado al olivar

Se saca la maquinaria de la nave, y allí se organiza la comida

Primero una buena barbacoa, de la que se encaraga Andrés, el cocinllas del grupo. Choricito, mordilla de cebolla, panceta, hummm qué rico todo!

Y despues del aperitivo, viene el arroz, el típico perol cordobés

Los postres los hice yo, flan de 3 clases de leche, tarta de leche merengada, y algunos petits fours

Y con el café y la copa viene el intercambio de regalos… el amigo invisible mas visible que he visto en mi vida… ¡Todos sabian quien regalaba a quien! Pero a pesar de todo, había emoción, abrazos y sobre todo  mucho cariño

Y para combatir el frío del día , nada como una estufa alimentada con madera de olivo, no puede ser de otro modo

Pero mañana hay que seguir con el trabajo, limpiar y guardar todo lo que ya no se va a utilizar hasta el año que viene, y  luego comenzará la poda, después vienen los tratamientos, la labor de suelo, nuevos tratamientos…. un trabajo contínuo durante todo el año, para que el olivo vuelva a dar su fruto y regrese de nuevo la cuadrilla de aceituneros a mediados de otoño

Espero que os guste

44 comentarios en “Remate

  1. Me ha encantado este remate, Ana.
    Preciosas fotos invernales del olivar… y muy agradable la «fiestecita». Eso sí, frío tenía que hacer un rato, jejeje.
    Besotes, guapa.

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  4. Ana, mis padres son de Castilla-León, y tradiciones como la que tú nos cuentas, ni por asomo son conocidas por allí. Sabrás que la tierra de campos y de vino se dedica a los productos como legumbres, hortalizas, vides, maíz, etc. Así que conocer de primera mano costumbres como el remate y todo lo que gira en torno a la vida de la oliva me parece muy interesante, y te agradezco que lo hayas compartido con nosotros.

    Un beso y feliz semana.

  5. Me ha encantado tu entrada Ana,no conocía esa costumbre y me gusta conocer las tradiciones y costumbres de tu tierra.

    Preciosas fotos!

    Un abrazo

  6. Hola Ana,me llamo Sierra y por el nombre ya sabrás que soy,sino de Cabra,de los alrededores.Hace ya algún tiempo que te descubrí,buscando una receta de carne con tomate y siempre he querido darte las gracias,por ésa y por las demás recetas que después han ido «cayendo».Pero ésta mañana veo tu comentario sobre los olivos y ahí me has llegado,pues en mi infancia también hubo olivares,recogida de aceituna,olor a aceite y a alpechín(que no me gustaba nada)y…Y que gracias por todo.

  7. Extraordinario reportaje, qué cosas tan agradables cuentas, y por supuesto, menudo trabajo que tiene, es una barbaridad no hace falta que lo jures.

    Tampoco conocíamos esta fiesta, como para pasarlo mal.

  8. Qué delicia de post Ana! Con raíces y tronco bellísimos como los del olivo… No conocía el remate, y entrar de tu mano y verlo con tus ojos ha sido un honor, además de un gusto.
    Un besote, y muchas gracias,

    Marcela

  9. Ana: qué bonito lo que nos cuentas, tradiciones que van cambiando con los tiempos pero que siempre queda algo y sobre todo los recuerdos.
    El campo es muy duro y desde luego que no corren buenos tiempos tampoco para el, mucho trabajo y después no siempre llega la recompensa de una buena cosecha.
    Un besito

  10. Ana, me ha encantado esta entrada, el remate que es tanto el final de un año como el principio del año siguiente, la continuación de una tradición de tantos y tantos años, ¡qué bonito!
    Un beso.

  11. Querida Ana. me ha encantado tu entrada. Soy cordobesa y aunque no vivo allí hace muchos años tengo muchos recuerdos de mi época de infancia como los que describes.
    Al menos en la época que yo recuerdo el trabajo del aceitunero era tremedamente duro. Se vareaba y recogía a mano todo. Mis padres recogían aceitunas y los recuerdo venir ateridos de frío.

    Un abrazo

  12. Ana, nos ha gustado muchísmo este artículo, ya que está escrito con cariño y nostalgia, pero ante todo, con el corazón.

    Nos ha gustado que hables de esos olivares cordobeses, de sus gentes, de los trabajadores y que aún ahora que el trabajo en el olivar esta «mecanizado» se mantengas las tradiciones.

    No sabemos si te lo hemos dicho antes, pero puede ser que por esa rama familiar que proviene de tierras cordobesas, el pan «hueco» con aceite y azúcar, también fue la merienda de nuestra infancia.

    Besotes y ¡buen aceite!

    Ana y Víctor

  13. Me gusta mucho vivir las tradiciones que nos llevan a recuerdos de infancia.Yo te dire que todas las mañanas tomo pan con aceite y un poquito de azucar en un manjar de dioses.

  14. Ana muy bonito y emotivo el reportaje de tus olivos y la fiesta.Yo tambien he recogido olivas de mi suegro cuando tenia olivos para su consumo propio y me acuerdo muy bien de todo esto.
    Hoy he probado tu aperitivo de saquitos de puerro y gambas y estaba muy bueno ya lo he publicado hoy.
    Besos
    miquel

  15. Ana que buena anfitriona eres, estas costumbres seguro que casi se han perdido pero tu aún las continuas, me parece muy buena tu opción de continuidad.
    Un abrazo

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